4 de nov. 2013

La Retaguardia Española:

Les vamos a explicar una pequeña historia que versa sobre una gran Nación, un gran Periódico y un Grande de España:

El pasado 2 de Noviembre nuestro querido Conde tenia una duda. O quizás se sentía solo en lo alto de su torre de la Plaza Calvo Sotelo como adalid de la moderación en territorio hostil. Sea como sea, necesitaba compañía y respuestas. Y decidió encontrarlas en la sapiencia de sus antepasados, los otros Condes. Ellos sabrían cómo orientarlo. Sabrían aconsejarle sobre como vencer el órdago rupturista.

Es por ello que, imbuido por el espíritu de Halloween, decidió comunicarse con el Más Allá:

Dispositivo usado en la comunicación intercondal.

Pero algo salió mal. Terriblemente mal. Un fantasma muy poco moderado que vagaba por redacción aprovechó la conexión astral del Conde para poseerlo, transformándolo en el Conde de Galinsoga:

El Conde de Galinsoga, director eventual de La Retaguardia. Vino a poner orden.

Aquí le tenemos bajo palio, conversando amigablemente con unos sacerdotes.

Sus primeras ordenes fueron abandonar la senda de la moderación y dar un aspecto más Constitucional y acorde a los Principios del Movimiento (Ciudadano) a nuestra cabecera:

Un avatar de Twitter más acorde con la (no tan) renovada linea ideológica del Grupo.

Y sustituir los tradicionales semáforos por informes del SIFNE II:




Detalle del regio retrato de Don Alberto de Rivera, gallardo líder y Continuador del Movimiento.

También dejar de dar galletitas a los suscriptores más afectos y pasarlos a condecorar con Medallas al Mérito Condal:


Pero como todas las cosas, el Conde se recuperó de la posesión, así terminó la etapa Galinsoga y pudo recuperar nuestro rotativo la positiva senda de la moderación y la Tercera Vía™.




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